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Pepitas de tomate

Este proyecto surge de la intención de proporcionar un espacio cálido y acogedor dónde el ambiente, los materiales y los ritmos están preparados para que un pequeño grupo de 5 meses a 5 años de edad, sean los principales protagonistas de su aprendizaje. Todo ello siempre desde una mirada de respeto y acompañamiento, donde el cariño es primordial para su desarrollo, felicidad y confianza.

Tiene lugar en una casa de campo preparada para que los niños y niñas sean libres de poder descubrir y sentir por ellos mismos.

Damos especial importancia al hogar y a la naturaleza ofreciendo espacios al aire libre para poder investigar, observar o simplemente disfrutar de los cambios y experiencia que la naturaleza nos regala contando con jardín, huerto y animales de granja.

Ajustándonos a sus motivaciones e inquietudes todo será cambiante y transformable, modificando recursos y construyendo propuestas conjuntamente.

Ofrecemos un aprendizaje y cuidado personalizado recibiendo a un máximo de entre 3 a 5 niños/as por acompañante.

Nuestra forma de trabajar

El rol del adulto

El rol del adulto será de acompañante y observador. Estaremos a su disposición para escuchar sus necesidades y atender sus cuidados. Procurando que nuestra intervención se limite a que ellos tengan la seguridad de que “estamos a su lado” para darle confianza y apoyo.

Nuestro papel es esencial para los niños y niñas. Los gestos, formas de expresarnos o actuar serán cuidados ya que la imitación en estas edades es una gran parte de su aprendizaje.

Nos basamos en el fomento de una relación de apego seguro, procurando generar expresiones de afecto verbal y físico frecuente, respondiendo a las demandas del niño o niña de manera tranquila y ayudándole a regularse emocionalmente. 

La plena y frecuente comunicación entre la familia y la madre de día será esencial para que todos estemos felices y relajados en este proyecto. 

Estamos aquí para ayudar a la conciliación y que tanto vosotros como vuestro pequeño sintáis  que este espacio es también parte de vuestro hogar. 

Llevaremos a cabo un periodo de adaptación respetando los ritmos y haciéndolo de forma amorosa y progresiva ya que es un gran cambio y necesitará tiempo para explorar, situarse y establecer nuevos vínculos afectivos. Las familias que quieran y lo deseen podréis estar en “pepitas de tomate”  hasta que el niño o niña se vaya sintiendo más tranquilo/a  en el nuevo lugar y vosotros también os sintáis cómodos y relajados  con la nueva situación de tener que dejarlo con una nueva persona. Lo que le transmitamos será muy importante e influirá en como él o ella se sienta y se desenvuelva. De ahí la importancia y la seguridad que vosotros sintáis al marcharos. 

Durante todo el tiempo la familia formará parte  del proyecto  estando en pleno contacto y comunicación para lo que necesitéis, las emociones que sintamos serán lo que reciba el niño/a y le permita establecer nuevos vínculos de apego y quedarse en un hogar diferente al suyo contento. 

Realizaremos actividades conjuntas y procuraremos informarnos, resolver dudas o simplemente hablar de todo aquello que consideremos importante para el pequeño/a.

Ritmos y rutinas

El compás será de un ritmo calmado y sin prisas para poder disfrutar de cada detalle y tener tiempo de dejar que las cosas pasen.

Habrá momentos más marcados tal como un saludo al entrar, la hora de almuerzo y la comida o el descanso.

Las rutinas hacen que ellos se sitúen en el espacio tiempo y tengan mayor seguridad sabiendo el transcurso de los acontecimientos y pudiendo prever que va a ocurrir. No obstante todo ello se llevará a cabo pausadamente y haciendo a los niños participes de los procesos, el ritmo se marca entre todos.

Seremos flexibles para el resto de acciones como salidas al jardín, momentos en el interior o realización de actividades conjuntas (cuentos, canciones, cocina…) dependiendo de sus emociones, concentración o necesidad de movimiento. 

Dentro de nuestros ritmos incluimos:
 – La comida: Cada niño y niña traerán la comida de su casa de esta manera no deberán adaptarse a sabores o métodos de alimentación a los que no estén acostumbrados. Juntos nos encargaremos de calentarla, trocearla, servirla. Pondremos la mesa, la recogeremos y compartiremos ese momento de tranquilidad disfrutando los alimentos. Algunas veces también recogeremos nuestras frutas y hortalizas para degustarlas, haremos pan o repostería.
 – El descanso: Después de una mañana sin parar un momento de pausa para recuperar fuerzas nos vendrá genial. Tendremos un rinconcito preparado con mimo para ello. También durante la jornada podrán descansar si lo necesitan.
 – Salidas el jardín, huerto y corrales: Cómo hemos comentado anteriormente estas serán flexibles aunque rutinarias. Daremos de comer a los animales, regaremos las plantas y la naturaleza nos enseñará el resto.
 – Espacio interior: Contando con diferentes rincones con materiales polivalentes y diversos los pequeños podrán moverse con libertad por el espacio. El arte, la música, vida práctica, los cuentos, la psicomotricidad… formarán parte.

También señalar que durante el desarrollo infantil los niños agradecen los límites, les ayudan a situarse, a reconocerse y evitan daños más graves. Sirven de base para estructurar la conciencia personal, nuestro yo, como individuo y la de los otros. Descubrir que «no estoy solo”

Por ello, es importante establecer pocas reglas pero que sean claras y asumibles para ellos como respetar al resto de compañeros, acompañantes , recoger y cuidar el espacio entre todos… 

El juego y los materiales

Es importante que el juego infantil hasta los siete años consista en conocer su medio ambiente a través de vivencias y experiencias repetidas. Estas acciones ricas, completas van a permitir una transición del percibir hacia el pensar.

Teniendo muy en cuenta la expresión de “menos es más”. Los recursos que utilizamos son naturales, simples y muchos de ellos polivalentes. Creados para estimular la actividad sensorial y emocional del niño: movimiento, tacto, sonido, olor, la participación en la vida cotidiana…

Pretendemos que den pie a la autonomía, creatividad, que pongan en marcha su pensamiento crítico y analítico… siendo ellos los encargados de descubrir sus posibilidades y poder elegir que les apetece hacer y cuantas veces repetirlo.

La introducción de un nuevo idioma, consideramos que en estas edades los niños son como” esponjas” por ello introducir el inglés de forma natural en las rutinas, juegos, canciones… hará que vaya asimilando la nueva lengua sin darse cuenta.

Principios metodológicos y referentes

Son muchos los autores que me han marcado y siguen haciéndolo. De entre todos, he elegido estos para explicar en qué me inspiro para llevar a cabo el proyecto y la metodología de este. Nos basamos e inspiramos en autores de pedagogías libres y activas cómo:

 – Heike Freire: Teniéndola como referente consideramos esencial en nuestro proyecto las salidas al jardín, observar los cambios en la naturaleza, el cuidado y empatía hacia los animales, experimentar el olor de las plantas aromáticas, los insectos de nuestro entorno, el barro y los tesoros que la tierra nos ofrece. 

– Rebeca Wild: Nos ofrece la visión de que todas las realidades tienen sus límites. No percibir los límites o no prestarles atención conlleva problemas emocionales, físicos o psicológicos. Recalca que los límites espaciales, un entorno relajado ayuda al organismo humano a crecer en un ambiente que adapta a sus necesidades auténticas viscerales e instintivas. Además nos ayudan a reconocernos como seres individuales y a su vez consciente en el que vivimos.

 – Rudolf SteinerEl papel del profesor es esencial como referencia dentro del espacio para los niños. Se considera que una parte del aprendizaje, por lo que el profesor cuidará mucho no sólo los gestos con los que realiza sus actividades, sino también su espacio emocional interior

 – Maria Montessori: La importancia de los materiales, ambiente preparado para dar autonomía al niño y el descubrimiento de la naturaleza como pilar fundamental en su desarrollo son unos pilares fundamentales de nuestro proyecto inspirado en la autora. 

 – Loris Malaguzzi: Nos guía a la hora de elegir materiales naturales y respetuosos, crear un ambiente hogareño y tener presente siempre la individualidad de cada persona. 

Queremos que en “Pepitas de tomate” puedan jugar en libertad, tener la posibilidad de realizar los movimientos que deseen y se sientan preparados. Que el apego sea una parte muy valiosa para que todo funcione.
Pretendemos que sea un lugar con límites fundamentados en el respeto, el afecto y el amor para que el niño logre de forma segura y tranquila los objetivos que se vaya proponiendo.

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