La educación y el cuidado de los más pequeños siempre ha sido mi vocación, desde niña soñaba con ser maestra y cuidar de los más pequeños/as.
Cumplí mis deseos diplomándome en Magisterio Infantil y pudiendo por primera vez sentirme rodeada de miradas de asombro, cariño y admiración.
Finalicé la carrera y quise mejorar mi inglés haciendo algo que me llenara a su vez. Trabajar como Au Pair en Inglaterra e Irlanda me enseñó diferentes puntos de vista a cerca de la crianza además de descubrir que la comunicación oral es lo de menos si los gestos y actitudes que sienten los niños/as son de amor y seguridad.
Soy de las que le encanta viajar y vivir un tiempo fuera… pero de las que piensa que “no hay nada como estar en casa” por eso volví a España y estuve trabajando como educadora en varias escuelas infantiles disfrutando, aprendiendo y descubriéndome a su vez. No obstante ahí también empezó mi búsqueda hacia “otro tipo de educación” realizando diferentes cursos, formaciones y leyendo mucho para aportar el mejor acompañamiento y acercarme a la mirada del niño (Método Pikler, Pedagogía Reggio Emilia, Método Montessori, Pedagogía Waldorf, Rebeca Wild ,Bernard Aucouturier, Heike Freire (entre otros autores que me siguen inspirando cada día). Considerando que “en la variedad está el gusto”.
Colaborar y conocer otras culturas también es una de mis pasiones. Durante dos veranos estuve en Tailandia e India de voluntaria en colegios que ofrecían metodologías basadas en los intereses y ritmos de los niños y niñas además de situarse en entornos donde la naturaleza era un gran motor de los aprendizajes.
Estas experiencias hicieron y hacen que cada día esté más enamorada de esta primera etapa, descubriendo y aprendiendo cada día de estas pequeñas y a su vez grandes criaturas. Con muchas ganas de seguir descubriendo e intercambiando conocimientos y vivencias empatizando con estos primeros años de vida.
Me formé como profesora de Yoga Infantil considerando que el cuerpo, mente y corazón van unidos para un buen desarrollo y estabilidad emocional. Tener una mente sana, para tener un cuerpo sano y poder trabajar eso desde edades tempranas y con nosotros mismos.
Disfrutar y poder trabajar como maestra y acompañante es un gran placer, no obstante las condiciones en la que nuestro sistema educativo se encuentra no siempre se ajusta la verdadera realidad de esta primera etapa.
En el camino por ofrecer una infancia diferente descubrí la iniciativa de “Madre de Día” y tras años de valoración decidí hacer caso a mi conciencia y apostar con mucha ilusión por “Pepitas de tomate”.
Para poder ofrecer a las familias la tranquilidad de que ante cualquier imprevisto que me surja, hay otra persona, contamos con otras acompañantes. Suelen venir un día a la semana para crear apego y vínculo con los pequeños. De esta manera las familias y niños tienen dos o tres personas de referencia.
Conocí a María al mes de empezar con el proyecto , su iniciativa e ilusión por formar parte de «Pepitas de tomate» me transmitieron que podríamos formar un buen equipo. Compartimos la misma forma de mirar la infancia, educar y criar. Además compartimos la formación en pedagogía Waldorf.
Es un placer poder trabajar juntas y aprender la una de la otra….mientras los niños/as nos dan grandes lecciones.
«De pequeña me gustaba poner mis muñecos en fila y me imaginaba que me llamaban seño. Me encantaba escribir con la tiza en el suelo enseñándoles todo aquello que de los 0 los 4 años se puede saber. No recuerdo ninguna etapa de mi vida en la que no esté con niños y niñas.
Lo que empezó siendo un juego infantil continuo más adelante, llegando a convertirse en mi profesión. Me defino a mí misma como una contadora de historias improvisadora de canciones y rimas tal vez un poco soñadora pero con los pies firmes en la tierra. Para mí lo más importante es el respeto a la infancia su protección su cuidado y cuando sabes que la educación es lo que cambiará el mundo, todo lo anterior se convierte en tu forma de vivir el día a día».